jueves, 5 de abril de 2012
Simón Orense, Mártir de Anaco
Simón Orense era oriundo del Estado Monagas y trabajada en la zona petrolífera del Distrito Anaco. Era la época de la consolidación de la democracia venezolana, la izquierda planteó un formato político semejante a la cuba comunista y a la Rusia de Stalin y Lenín, se crearon las células guerrilleras, comandos violentos que volaban oleodcutos y quemaban los campamentos de los norteamericanos. Ciudades como Anaco, en su raíz primigenia, fueron arrasadas más de una vez, con llamas que volaban en el viento como palomas de llama, mujeres desnudas corrían por las calles y las parturientas dejaban los centros de natalidad para salvarse. En las casas se dejaban cofres con joyas y utensilios de gran valor. Una de tantas, Anaco ardió y las llamas subieron al cielo llevándose al viento las casas y las trojas en el polvo de la ceniza. Una llama constante ardía y, Simón Orense, hombre de alma templada, saltó las llamas para cerrar la válvula que provocaba el incendio. Murió en las llamas y Anaco lo recuerdo a través de su mausoleo levantado en el cementerio de la Calle Sucre. Hoy generaciones nuevas lo conocen gracias a un trabajo de investigación que mandé a realizar en el liceo Roberto Castillo Cardier.
¿Durmió Celia Cruz en Anaco?
Celia Cruz, la guarachera de Cuba y del mundo, vino a Santana (Estado Anzoátegui) a presentarse. Para esa época, Anaco era la ciudad del Centro del Estado Anzoátegui que gozaba de una infraestructura hotelera confortable, que daba alojamiento a altos ejecutivos de la Compañía petrolera y a grandes personajes que visitaban la zona central de Anzoátegui. Se presume, que la cantante, vino a Anaco a hospedarse, para presentarse en la Palencia de Santana, espacio regional y recreativo muy famoso para la época. Presumo, que hay Registro en los Archivos de la Alcaldía de Santana, donde esta información se pueda documentar para mayor aprovechamiento de propios y extraños ¿Durmió Celia Cruz en Anaco? Es un misterio.
Pedro Infante en Anaco
En una esquina, frente al aeropuerto de Anaco, paralela a la plaza Andrés E. Blanco y al palacio municipal, había un espacio de recreación llamado "La Terraza", donde se presentó nada más y nada menos que Pedro Infante, ese cantante de la ranchera mexicana y patrimonio de la cultura musical latinoamericana. Costaba la entrada (según versión de los mayores) medio (una moneda ya en desuso en Venezuela) y, causó tal sensación que generó una fanaticada y una nostlagia que aún después de 50 años, aún se le recuerda. Era la era del auge petrolero anaquense, era la época de la migración del campo a la ciudad y a los campos petroleros, era la época de la Guerra Fría en el mundo, era la época en la que el rockanrrol, empezaba a andar por el mundo como un tornado en Texas; pero en Anaco, se creó con esta visita un espacio para la nostalgia y la identidad, que dieron pie a que hoy este evento sea considerado como un hecho cronológico que arma nuestra propia cultura local.
Anaco, Tierra del mango
Aunque el mango no es venezolano, hay tierras que por las condiciones del suelo y del clima son aptas para la adaptación de ciertas semillas y, cuyo fruto causa un impacto en la cultura de esa sociedad, es la historia del mango en Anaco (Ciudad gasífera del Estado Anzoátegui) El mango viene a instaurarse y a proclamarse rey de las frutas, en medio de una xerófila vegetación como la que existe en Anaco, ciudad que lo vio venir (como los que forasteros llegaban a los campos petroleros a buscar trabajo) y, se quedó. Los gringos lo utilizaron para arborizar sus "campos residenciales" y, no hay patio, casa, callejón, plaza,...donde este "señor" de panza llena de dulce melado y pepa con barba, no esté presente. Los que nos criamos en Anaco, hemos comido mango hasta la saciedad y, ya hay industrias dedicadas a su producción, comercialización y exportación. A Campo Sur y a Campo Norte han llegado camionetas desde Caracas y otras ciudades para llevárselos y venderlos por un valor inestimable. Somos los hombres del mango. Somos los "mangueros" de Venezuela. Te invito a probarla, es todo dulce como la caña de azúcar
miércoles, 4 de abril de 2012
Anzoátegui, Tierra de Ánimas
Desde el Mar Caribe hasta las playas del río Orinoco, se abre ante el sol, una tierra mítica, que vio caminar al hombre caribe. Tierra cálida en verano y fresca en el invierno (como sus dos estaciones anuales), es la tierra del Ánima Bendita. En el alma de los hombres de esta tierra la fe echó raíces hasta convertirse en un signo mágico-religioso de nuestra identidad. Esta tierra se llama Anzoátegui (el nombre es el actual Estado Anzoátegui; pero antes fue el Estado Barcelona y, antes...); pero no importa, importa el temple de estas almas de estos hombres, que al sonar de la trompeta del mestizaje cultural, la fe caló tan hondo, que por todas las grandes e importantes carreteras y autopistas de la geografía anzoatiguense, incluyendo aldeas, caseríos, cementerios y ciudades, se notan los puntos de las cruces, capillas, lápidas y altares de veneración a esos "caídos" por la fatalidad del destino, o por muerte natural. Este culto de veneración a las Ánimas Benditas, se corresponde en el fondo a toda aquella creencia, hoy viva, de que esas "almas" pueden retornar desde su morada eterna para auxiliar en favores cotidianos a los que los veneran. Y, tocando fondo, esta creencia tiene su fundamento en el cristianismo (las Órdenes Religiosas Católicas),sembraron esta creencia narrando episodios como las apariciones de Jesús y las apariciones de la Virgen María (que en suelo venezolano fue muy fructifera). El indio, el negro y el andaluz (expectante ante lo inesperado),
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